Full Chamba Entrevista con Alfonso Devoto


FOTOGRAFÍA: SEBASTIÁN LOMBRONI

Hablamos con Alfonso Devoto acerca de Suav, el primer disco de la banda.


Lo que caracteriza a Full Chamba es lo clásico, lo moderno, lo de acá y lo de afuera, o incluso como hacen las canciones (de una guitarra a la fusión con lo digital) ¿cuál es la escencia de Full Chamba para vos?
A nosotros nos gusta decir en broma que nuestra música es como si Charly se casara con Beyonce, o si Frank Ocean se lo levantara a Fito. Es una cruza que salta muy a las claras cuando escuchás la música que hacemos. Tiene una reminiscencia muy porteña o rioplatense, muy cancionera nuestra. Y a la vez muy cebado con el hip hop, r&b y la música electrónica en general. Es como si Andrés se fuera a estudiar a una clínica con Organized Noise y de eso saliera una mezcla super explosiva que creemos que es muy fresca y que no somos los únicos que estamos llevando a cabo, por supuesto. Es una cruza loca de Tango y R&B.

¿Qué diferencia ves entre el primer EP y Suav?
El Ep es un trabajo más de laboratorio en el que yo trabajé codo a codo con los productores y en el que le fui pidiendo a los músicos que se fueran sumando para que aporten la parte suya de instrumentación y voces. En Suav ya arrancamos en formato banda, teníamos confianza, como combo que se nota en el laburo final. La segunda diferencia es que el primer disco era más confesional, más sentido, emotivo. Suav en cambio además de eso tiene una cuota de humor e ironía que no salta a primera escucha, de empezarme a reir un poco de mí, de todo. La gran diferencia es que grabamos en estudios increbles. Principalmente los teclados los grabamos en “La Siesta del Fauno” un esudio en Constitución, propiedad de Ernesto Romeo. Es una eminencia como tecladista, fue tecladista de Pez y es un genio que creó un esudio lleno de teclados. Se nota el aporte de esos teclados analógicos en el producto final se nota que tiene mucho más peso, más cuerpo, te diría que se pueden “agarrar” esos teclados. El otro disco lo hicimos mucho más casero, en la sala nuestra. Este disco es un poco más fuerte en lo que es el audio.

Trabajaron con Matías Fernandez para el diseño de las tapas de ambos discos, ¿participaron ustedes de eso?
Mati es el director de arte de todas nuestras tapas, además de ser él un gran músico, con Dedés, que es una banda hermana nuestra, forma parte de nuestro grupo de amigos. La idea del sifón le surgió a raíz de conversaciones que tuvimos vía whatsapp, yo en barcelona de gira con los chicos y él acá. La idea era reflejar que el disco era una cachetada dulce, así nos gustaba decirle, que era un coscorrón animado, como una palmada fuerte en la espalda, de un amigo. Un sifonazo en la cara. El sifón además es un elemento muy típico de la mesa de los argentinos, pero lo pintamos de dorado. Es un poco la metáfora de lo que es la música de la banda. Podés distinguir la cosa más porteña y más local y a la vez esa intención de pintarlo moderno. La idea de la tapa terminó cuajando perfectamente en lo que es el disco y ya mucha gente me ha dicho que le dieron ganas de escuchar el disco por la tapa, que es lo que uno siempre busca y es fundamental. Eso es todo mérito de Mati que es un genio y de Seba Lombroni que sacó la foto. Y el sifón es real, lo tengo en exhibición en mi casa, no es un sifón de computadora y eso también se nota. Tiene que ver con esta idea que te decía de los teclados, de que son realmente analógicos, no solamente vsts que encontrás en un programa en la compu.

Entrevistó: Alan Jofre Khoury
La entrevista completa se puede leer en el segundo número de la revista INMATERIAL en issuu

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